lunes, 9 de agosto de 2010

Escape moderno

Aburrimiento, fastidio, cansancio. Suena por tercera vez el mismo disco y ya no soportás los gritos eufóricos de tu acompañante en cada estribillo. La última gota del agua, que solía estar caliente, moja un montón de yerba lavada. Extendés tu mano con el mate hacia un costado, él lo agarra, te sonríe, y vos no entendés por qué, ¿qué mierda lo pone tan feliz? Hace siete horas y 600km. que la alegría abandonó tu cuerpo, lo dejó en el mismo momento que tu sensibilidad (o al menos eso es lo que te parece, porque ya no te acordás cuál fue el último instante en el que sentiste tus piernas).
“A 500m. doble a la derecha”, anuncia una voz desde adentro del auto. Mirás desganada esa pantalla que indica el camino sólo para hacer algo que te saque del tedio insoportable en el que se convirtieron las últimas horas de tu vida. Pero no fue la mejor idea; ese aparato del demonio, en su ángulo inferior izquierdo denuncia, impunemente, los kilómetros que restan para alcanzar el destino final: 714.
Cerrás los ojos como si, evitándola, pudieras negar la realidad. Recordás la publicidad del auto en el que estás viajando, ¡qué mentira!, pensás, ¡todas mentiras!, una bronca incontrolable invade tu cuerpo. Necesitás hacer algo, patear un árbol, trompear una pared. Pero no podés hacer nada, estás adentro de ese auto maldito, encerrada.
- ¡AAAHHHHH!, gritás de repente. Nicolás te mira desencajado, vos ni lo notás.
- ¡Son unos mentirosos!, el tiempo no pasa más rápido en este coche, no llegamos antes, no es un placer, no hay nada mágico en este pedazo de chapa con tapizados elegantes!
- Siempre me encantaron tus ocurrencias. Te dice Nicolás con ternura, y a vos te dan más ganas de ahorcarlo que de agradecerle el cumplido.
Y así, de un momento a otro, como si alguien hubiera depositado la idea en tu cabeza, se te cruza esa genialidad por la mente. No pensás. Apoyás tu dedo sobre el autito digital que representa al tuyo en el insolente del GPS, cerrás tus ojos y empezás a mover tu dedo hacia arriba y hacia abajo por el aire, y de nuevo arriba arrastrándo la yema del índice sobre la pantalla, y otra vez abajo por el aire. Sentís el viento en tu cara, penetrando los mechones de tu pelo y despeinándote un poco más. Escuchás algunos ruidos pero no los llegás a distinguir. No pensás en nada más, solo en seguir agitando ese dedo.
Hasta que finalmente el viento cesa, los ruidos se hacen más nítidos y podés abrir los ojos. Mirás los alrededores del auto y no lo podés creer, los refregás con tus dedos, como si recién te despertaras, y volvés a mirar el paisaje. Nico está congelado con las manos en el volante, la boca abierta y sus ojos parecen dos globos blancos que sobresalen de la cara. La playa más linda que hayas visto en tu vida a la izquierda y el estacionamiento de un hóstel a tu derecha. “A 20m. deténgase, destino final alcanzado”.

1 comentario:

Thiago dijo...

Hola como estás? Perdón si te robo un minuto de tu tiempo, te juro no es mi intención. Solamente quiero hacer transcurrir este blog para que la gente conosca realmente lo que pasa por dentro de un GORDO, si me ayudas a difundir este blog, para que todo el mundo sienta lo feo y o triste que puede llegar a ser una persona y así mismo dejar la discriminación de lado... Sería genial... No pienses que te pido esto por querer ser popular con un blog, porque realmente si quisiera ser popular sería realmente de otra manera, en este blog mantengo una identidad que no es la mía, tan solo para no ser reconocido, solamente quiero que el blog http://tripleequisele.blogspot.com/sea un momo de enseñanza hacia los jóvenes que viven en este mundo. Haceselo conocer a tus amigos, seguime si querés, así una ves por toda, se ACABA LA DISCRIMINACION.

Desde ya, Muchas Gracias...

Thiago...